Electroterapia

La electroterapia es el tratamiento de lesiones y enfermedades por medio de la electricidad. Es una técnica que se utiliza en procesos dolorosos, inflamatorios músculo-esqueléticos y nerviosos periféricos, así como en atrofias y lesiones musculares. 

Se usa para fortalecer y estimular el músculo y recuperar tono, así como para relajarlo después de un duro entrenamiento y que vuelva a su estado natural.

Las corrientes de alta frecuencia tienen una acción común: la producción de calor en el interior del organismo. Es por esto que también se las llama terapias de diatermia (a través del calor).

 Por lo tanto se tiene que los efectos de la electroterapia son:

  • Regulación del potencial de la membrana celular por activación de la bomba de sodio/potasio y apertura de canales iónicos.
  • Mejora de la síntesis de proteínas.
  • Aceleración de la división celular.
  • Efecto hipoalgésico.
  • Eliminación de residuos metabólicos.
  • Aumento de temperatura de los tejidos.
  • Activación del sistema nervioso autónomo (simpático en caso de dosis intensas, y parasimpático en caso de dosis bajas).
  • Eliminación de residuos metabólicos.
  • Relajación muscular y mejora de la extensibilidad del colágeno.
  • Diapédesis de células inmunes a la zona.
  • Licuación de edemas densos.
  • Estimulación de la vasodilatación.
  • Posibles efectos pro-inflamatorios y de estasis sanguínea.


Electroterapia de alta frecuencia:

· Efectos atérmicos: estimulación metabolismo celular y mejora de la permeabilidad capilar.

· Efectos térmicos: estimulación metabolismo celular y gran vasodilatación.


El uso de electroterapia de alta frecuencia es realmente interesante para acelerar procesos de reparación tisular al aumentar la velocidad de división celular. Por ello es ideal para roturas, microrroturas, esguines, cualquier lesión o cualquier postoperatorio. 

Además es ideal para patologías como: 

  • Inmovilidad o limitación del movimiento
  • Bursitis con o sin calcificación
  • Heridas que todavía no han cicatrizado
  • Injertos de tejido
  • Esguinces
  • Artrosis
  • Recuperación tras ejercicio
  • Fracturas óseas
  • Osteoporosis
  • Rotura de tendones
  • Discopatías
  • Dolor postoperatorio
  • Inflamaciones
  • Dismenorrea o dolor menstrual